Rodeado por el río Óder la plaza fuerte antigua que fue el principio de la ciudad tiene monumentos de arquitectura maravillosos. Los más grandes son, renovados después de la guerra, la catedral gótica de San Juan Bautista y la iglesia de la Santa Cruz. Aquí se encuentra también el Museo de la Archidiócesis que es el más antiguo en Wroclaw – desde más de 100 años colecta artefactos sacros que, retirados del uso ritual, tienen valor por la historia y el arte. Entre los artefactos está el Libro de Henryków con la primera frase escrita en polaco del siglo XIII-XIV.
La catedral de San Juan Bautista – llamada la Madre de las iglesias silesianos es la más magnífica entre los monumentos sacros. Su historia se comienza con el Congreso de Gniezno cuando en el año 1000 se crearon las diócesis en Wroclaw, Krakow y Kolobrzeg. Durante los años se destruía por las guerras y incendios. Reconstruida en 1951 fue consagrada por el arzobispo Stefan Wyszynski – el primado de Polonia. En la catedral podemos admirar esculturas y cuadros valiosos: el tríptico de la Dormición de María de 1552 (trasladado de Lublin), el púlpito (1723), las sillerías del coro de roble (1662-1665) y muchas lápidas sepulcrales de Edad Media, manierismo y barroco. La catedral tiene 21 capillas, entre otros: de Santa Isabel (1680–1686) y de Electores (1716–1721), la obra del arquitecto eminente de Viena J.B: Fischer von Erlach.
De la terraza panorámica (toma el ascensor) se puede ver la panorama de Wroclaw y afueras. El lugar más encantador de la Isla es la calle Kanonia de Edad Media con la iglesia de San Gil – lo más antiguo en Wroclaw.